En la imagen hasta Wert parece poner cara de duda sobre el futuro de esta nueva regulación de los estudios universitarios, otro ejemplo más de legislación autista. |
Hoy se ha publicado el RD 43/2015, de 2 de febrero que modifica tanto el RD 1393/2007, de 29 de octubre, que regula los estudios de grado y máster, como el RD 99/2011, de 28 de enero, que regula los estudios de doctorado.
Son tiempos de elecciones y este
gobierno sacrifica todo a un titular que le permite aparentar, que tras las
restricciones, ahora es el momento de
hacer llegar más renta a la población. No importa que sea mentira o incierta tal afirmación, lo que importa es generar una imagen contraria a la de los últimos
4 años.
La modificación se sustancia en
establecer una duración variable para los estudios de grado entre 180 y 240
créditos. Además se insiste hasta 3 veces en la nueva modificación en que los
estudios de grado deben perseguir una formación básica y generalista, dejando
la especialización para los estudios posteriores (máster).
1. De entrada nos fijamos en el
cómo de esta norma. Se ha elaborado de manera
unilateral, sin consenso, sin transacciones
ni acuerdos. La parcialidad y el autismo con que se legisla conllevarán que
en la próxima vuelta de tuerca se vuelva a girar y se modifiquen de nuevo la
regulación de los estudios. Tampoco se ha discutido el tema con las
universidades, como evidencia el acuerdo en la CRUE que aplaza hasta el 2017 la
implementación de esta nueva regulación.
2. Además se legisla sobre la marcha, sin planificación alguna. Ni siquiera se ha dejado tiempo suficiente
para evaluar el último sistema implantado; los primeros egresados de los grados
actuales salieron en el 2014. Se regula
la educación (y otras materias) como si
fuera la marea, ahora para arriba, luego para abajo, en un continuo movimiento
de vaivén. Todavía existen alumnos de licenciatura (de medicina, por ejemplo)
que cursan estudios presenciales, sin contar con el periodo de exámenes sin
docencia, al que tendrían derecho en su caso todavía diversos alumnos de los
antiguos estudios (caso de arquitectura e ingeniería)
La falta
de estabilidad en el modelo educativo, y la pérdida de seguridad desde un
punto jurídico, son males en los que repetidamente se cae una y otra vez.
En los estudios en los que he
estado concernido hemos sufrido, incluido este ultimo, 5 cambios transcendentales
en 25 años, amén de diversos ajustes menores. Demasiado movimiento para
quedarse en el mismo sitio.
3. Se exceptúa de esta nueva regulación los estudios que dan
lugar a profesiones reguladas, sobre
las cuales nuevamente se especifica que el Gobierno deberá establecer el contenido al que deben ajustarse esos planes
de estudios. Esta previsión existía ya en la norma de 2007 y el gobierno no ha
hecho los deberes, ni todas las profesiones colegiadas han sido reguladas (psicología
sigue pendiente, entre otras), ni existe
un listado de qué estudios se incluyen en esa excepción. En el nuevo Real
decreto se incluye la previsión de que si la norma comunitaria impone determinadas
exigencias de formación para determinadas profesiones, aunque el titulo de grado no habilite para esa
profesión sino que es la entrada a un máster que habilite para ese rol, también
se especificarán esas condiciones mínimas por el gobierno (supuesto que
afectará, previsiblemente, al grado en
fundamentos de arquitectura o al grado
en derecho, entre otros)
4. En cuanto al contenido, los
estudios de grado se sitúan ahora en una horquilla
entre 180 y 240 créditos (nueva redacción del art. 12.2 RD 1393/2007). Se
vuelve así a la extensión estipulada en el art. 10.1 del RD 55/2005, de 21 de
enero. Como se ve la extensión del grado
se ha regulado de manera diferente 3 veces en 10 años, en un continuo viaje de
ida y vuelta.
Surge así una regulación no uniforme y heterogénea,
donde habrá grados de 3 y de 4 años,
además de aquellos específicos con extensiones más largas. Al insistirse en el
carácter básico y generalista de los estudios de grado no profesionalizantes, se abre la
posibilidad de una estructura de 3 años (grado) y 2 (o 1) más ( de máster). De hecho, se
pasa así de una estructura de 4 (grado)+1 (máster) a otro más abierta donde el 4+1, puede coexistir con otra de 3 +2 o incluso 3 +1. De hecho, para enlazar con el
doctorado es necesario haber cursado 300 créditos por lo que, de ser grados de
3 años, deberán de cursarse 120 créditos de máster. La convergencia con Europa,
uno de los principales argumentos de esta reforma, tampoco está con este nuevo
sistema más cerca pues no existirá una única estructura (3 +2) sino una
heterogeneidad de difícil ajuste.
Nos encontramos, así, ante una
recuperación de la dicotomía entre títulos cortos (antiguas diplomaturas) y
largos (licenciaturas). Pero ahora al contrario que en la situación anterior los
títulos cortos no profesionalizan, como así hacían la mayoría de aquellas
diplomaturas (magisterio, enfermería, graduados sociales,…). Hay que reseñar
que el precio de los másteres, que se erigen en necesarios por el carácter genérico
de los grados de menos de 240 créditos, duplica al de los másteres, luego
ahorro poco, al menos para los estudiantes y las familias.
5. Un aspecto a resaltar es que grados con idéntica denominación pueden ser
de 3 o de 4 años, dando lugar a las mismas competencias. Esto generará una
situación un tanto caótica sin duda y, a nuestro juicio, inestable. Además, la
diferente duración de los grados no
supone un cambio de las cualificaciones recogidas en el art. 6 de RD 1027/2011,
de 15 de julio, por el que se establece el Marco Español de Cualificaciones
para la Educación Superior.
En el decreto se ha eliminado los
plazos de implementación que recogían los borradores previos, lo que no deja de
ser un factor más de indeterminación.
6. Es significativo que, frente a la moratoria subscrita por la universidades públicas, diversas universidades privadas (Universidad Católica San Antonio de Murcia, Universidad Camilo Jose Cela,...) han anunciado que implantarán grados de 3 años a la mayor brevedad posible. Nos podemos encontrar con títulos de menor duración en las universidades privadas frente a los públicos que sin embargo tengan el mismo valor. Una demencia que incrementa el carácter clasista y rompedor de la igualdad de oportunidades que están generando este tipo de universidades.
6. Por último, se puede sospechar
una intención de suprimir algunos puestos de docentes al disminuir el número de
créditos de los grados, y ser estos menos especializados. Aunque el gobierno
niega esta posibilidad, su credibilidad no es muy alta, no será la primera vez que han hecho lo contrario de lo antes habían negado.
Recordemos que también se anuncia
una nueva regulación de los procesos de acreditación de los profesores
titulares o catedráticos.
Dado que no es factible que se
pongan en marcha los nuevos planes de estudiantes antes de las elecciones generales,
estamos ante un puramente movimiento cosmético, que busca una foto favorable,
pero este tipo de legislación autista, con una enorme falta de planificación,
no augura estabilidad al modelo.
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