Rajoy mirando al tendido en busca de inspiración, que a la vista de las propuestas no ha encontrado tampoco hoy |
En el debate de la nación Rajoy ha amenazado con nuevas reformas en varios ámbitos incluyendo, como no, el laboral, mientras se congratulaba de lo bien que ha funcionado la anterior reforma (si él no lo dice él nadie más va a decir tal cosa). No entramos en el tono empleado (muy desagradable, como si estuviera enfadado y quisiera regañar a todo el mundo) ni en otras claves retóricas, como la falta de imaginación, los silencios (Bárcenas no existe y, además, es mentira) y el reiterativo “y tu más" que no puede faltar en boca del gobierno, y nos limitamos a desgranar las medidas de contenido laboral más interesantes que se desprenden del discurso del presidente de gobierno.
Todas ellas se insertan en lo que
el presidente del gobierno denomina estrategia
de emprendimiento y empleo juvenil, nuevas palabras para viejas fórmulas. Entre ellas se
percibe un nuevo contrato de fomento del
empleo juvenil. Será un contrato sin causa estructural, esto es, sin que
las necesidades de las empresas justifiquen esa contratación, sino que la temporalidad se
acepta como fórmula de aliviar el desempleo y poder presentar rápidamente algún
dato que mejore el desolador panorama del paro juvenil. Su denominación, contrato
del primer empleo juvenil, deja en la sombra si se podrán suceder este tipo de
contratos con un mismo joven mientras esté por debajo de los 30 años o será un único contrato.
Aparentemente el contrato tendrá
dos requisitos de tipo subjetivo: que el trabajador sea menor de 30 años (hasta
ahí llega hoy lo que los políticos califican como joven) y que se
encuentre en paro. Además, se repite ese soniquete del 15% de paro, es decir, se
enuncia como una medida coyuntural mientras el desempleo se encuentre por
encima de esa cifra.
De las palabras de Rajoy se puede
vislumbrar que en torno a la contratación
parcial puede originarse una nueva modalidad contractual para auspiciar la
formación de los jóvenes a tiempo parcial. Dado que esto ya es posible con el
contrato de prácticas, es decir cuando se tiene título académico, y que el
contrato para la formación no puede ser a tiempo parcial puede ser que las
novedades se queden en ese aspecto, que sea posible el contrato de formación a
tiempo parcial. El incentivo será del 75% para las empresas de menos de 250
trabajadores y del 100% para las menor plantilla.
No hay datos suficientes para
medir si se acercará al modelo alemán de mini-jobs (trabajo a tiempo parcial
con sueldos muy bajos compatibles con las ayudas sociales). Sospecho que no por
dos razones: en Alemania no existe salario mínimo, por lo que el suelo de esos
empleos puede ser realmente muy bajo, mientras que en España, aunque bajo,
existe un SMI. Y, sobre todo, al contrario que Alemania las prestaciones
sociales no son muy generosas por lo que la suma de ambas cuantías quizás fuera
insuficiente para mantenerse dentro del sistema y vivir de esos empleos.
Leyendo al contrario estas
novedades supondrían la implícita aceptación que las anteriores novedades
contractuales del Gobierno (el contrato de emprendedores de manera especial) han fracasado.
No han sido eficaces y por eso plantean nuevas. Hombre, no eso lo que dice
Rajoy, pero es lo que se entiende de sus obras que no se sus palabras (que ya
sabemos lo valen estas últimas)
En cada reforma laboral se
extiende el ámbito de actuación de las empresas de trabajo temporal. En esta que se avecina se permitirá a las
ETTS efectuar contratos para la formación.
Otras medidas ya se habían anunciado
con anterioridad como una “cuota plana” para los autónomos menores de 30 años
durante los primeros 6 meses.
¿Serán eficaces? Podemos adivinar
que no, pues se trata de recetas ya ensayadas que generaran problemas añadidos
sin solventar ni mucho ni poco aquello para lo que aparentemente deben servir;
disminuir el desempleo. Los contratos de fomento de empleo como modalidad
contractual no estructural es uno de los factores que llevaron a que la tasa de
temporalidad en España se elevará hasta límites desproporcionamos. Ahora se recupera
esa añeja fórmula con la excusa del desempleo juvenil. Aunque Rajoy afirme que
sus medidas laborales se encaminan a diluir la dicotomía laboral este nuevo
contrato incrementará la distancia entre fijos y temporales (que, además, ahora serán siempre
jóvenes). Las formulas de incentivación de los contratos parciales tampoco
funcionan demasiado bien, quizás debido a que organizar una empresa con
trabajadores a tiempo parcial exige una mayor planificación, no siempre
presente y posible en las pequeñas empresas.
Más allá de los aspectos directamente
laborales también se incorporan acciones educativas relacionadas con el mundo
laboral. Se añadirán así, asignaturas
que fomenten el desarrollo de la creatividad, el trabajo en equipo y el espíritu
emprendedor, como si esto no existiera ya, o fueran sinónimos todo esos objetivos. Además, se
crearan incentivos no precisados para que los desempleados obtengan el
certificado de educación secundaria cuando no lo tuvieran.
En resumen: mucho ruido y pocas nueces.
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