miércoles, 20 de febrero de 2013

94. Volver a empezar: nuevas medidas de reforma laboral



Rajoy mirando al tendido en busca de inspiración, que a la vista de las propuestas no ha encontrado tampoco hoy


En el debate de la nación Rajoy ha amenazado con nuevas reformas en varios ámbitos incluyendo, como no, el laboral, mientras se congratulaba de lo bien que ha funcionado la anterior reforma (si él no lo dice él nadie más va a decir tal cosa). No entramos en el tono empleado (muy desagradable, como si estuviera enfadado y quisiera regañar a todo el mundo) ni en otras claves retóricas, como la falta de imaginación, los silencios (Bárcenas no existe y, además, es mentira) y el reiterativo “y tu más" que no puede faltar en boca del gobierno, y nos limitamos a desgranar las medidas de contenido laboral más interesantes que se desprenden del discurso del presidente de gobierno. 

 

Todas ellas se insertan en lo que el presidente del gobierno denomina estrategia de emprendimiento y empleo juvenil, nuevas palabras para viejas fórmulas. Entre ellas se percibe un nuevo contrato de fomento del empleo juvenil. Será un contrato sin causa estructural, esto es, sin que las necesidades de las empresas justifiquen esa contratación, sino que la temporalidad se acepta como fórmula de aliviar el desempleo y poder presentar rápidamente algún dato que mejore el desolador panorama del paro juvenil. Su denominación, contrato del primer empleo juvenil, deja en la sombra si se podrán suceder este tipo de contratos con un mismo joven mientras esté por debajo de los 30 años o será un único contrato.
Aparentemente el contrato tendrá dos requisitos de tipo subjetivo: que el trabajador sea menor de 30 años (hasta ahí llega hoy lo que los políticos califican como joven) y que se encuentre en paro. Además, se repite ese soniquete del 15% de paro, es decir, se enuncia como una medida coyuntural mientras el desempleo se encuentre por encima de esa cifra.
De las palabras de Rajoy se puede vislumbrar que en torno a la contratación parcial puede originarse una nueva modalidad contractual para auspiciar la formación de los jóvenes a tiempo parcial. Dado que esto ya es posible con el contrato de prácticas, es decir cuando se tiene título académico, y que el contrato para la formación no puede ser a tiempo parcial puede ser que las novedades se queden en ese aspecto, que sea posible el contrato de formación a tiempo parcial. El incentivo será del 75% para las empresas de menos de 250 trabajadores y del 100% para las menor plantilla.
No hay datos suficientes para medir si se acercará al modelo alemán de mini-jobs (trabajo a tiempo parcial con sueldos muy bajos compatibles con las ayudas sociales). Sospecho que no por dos razones: en Alemania no existe salario mínimo, por lo que el suelo de esos empleos puede ser realmente muy bajo, mientras que en España, aunque bajo, existe un SMI. Y, sobre todo, al contrario que Alemania las prestaciones sociales no son muy generosas por lo que la suma de ambas cuantías quizás fuera insuficiente para mantenerse dentro del sistema y vivir de esos empleos.
Leyendo al contrario estas novedades supondrían la implícita aceptación que las anteriores novedades contractuales del Gobierno (el contrato de emprendedores de manera especial) han fracasado. No han sido eficaces y por eso plantean nuevas. Hombre, no eso lo que dice Rajoy, pero es lo que se entiende de sus obras que no se sus palabras (que ya sabemos lo valen estas últimas)
En cada reforma laboral se extiende el ámbito de actuación de las empresas de trabajo temporal.  En esta que se avecina se permitirá a las ETTS efectuar contratos para la formación.
Otras medidas ya se habían anunciado con anterioridad como una “cuota plana” para los autónomos menores de 30 años durante los primeros 6 meses.
¿Serán eficaces? Podemos adivinar que no, pues se trata de recetas ya ensayadas que generaran problemas añadidos sin solventar ni mucho ni poco aquello para lo que aparentemente deben servir; disminuir el desempleo. Los contratos de fomento de empleo como modalidad contractual no estructural es uno de los factores que llevaron a que la tasa de temporalidad en España se elevará hasta límites desproporcionamos. Ahora se recupera esa añeja fórmula con la excusa del desempleo juvenil. Aunque Rajoy afirme que sus medidas laborales se encaminan a diluir la dicotomía laboral este nuevo contrato incrementará la distancia entre fijos y temporales (que, además, ahora serán siempre jóvenes). Las formulas de incentivación de los contratos parciales tampoco funcionan demasiado bien, quizás debido a que organizar una empresa con trabajadores a tiempo parcial exige una mayor planificación, no siempre presente y posible en las pequeñas empresas.
Más allá de los aspectos directamente laborales también se incorporan acciones educativas relacionadas con el mundo laboral.  Se añadirán así, asignaturas que fomenten el desarrollo de la creatividad, el trabajo en equipo y el espíritu emprendedor, como si esto no existiera ya, o fueran sinónimos todo esos objetivos. Además, se crearan incentivos no precisados para que los desempleados obtengan el certificado de educación secundaria cuando no lo tuvieran.

En resumen: mucho ruido y pocas nueces.

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