El acto de presentación del pretendido "nuevo" modelo de relaciones laborales de la patronal guipuzcoana el pasado 16 de enero |
La patronal guipuzcoana Adegi ha presentado la semana pasada lo que se anuncia como un nuevo modelo de relaciones laborales. Aquí mismo se pueden encontrar la presentación de ese modelo de relaciones laborales efectuada por Pello Guibelalde, y José Miguel Ayerza, Presidente y Secretario General de Adegi, respectivamente. Señalemos que la coautoría de esta entrada corresponde a Mikel De La Fuente y Mikel Urrutikoetxea
Este nuevo modelo se presenta
como vía complementaria para superar la situación de
bloqueo en la renovación de los convenios colectivos. Tras la reforma de la
ultra- actividad se ha generado un atasco en la negociación colectiva. La
patronal pretender utilizar esa pérdida de vigencia de los convenios ya
pactados para disminuir los costes laborales, mientras que la parte sindical se
resiste a que sea así. Eso ha generado un estancamiento en la renovación de los
convenios colectivos; casi 40 convenios colectivos en Guipúzcoa, unos 35 en Bizkaia
y cerca de una docena en Álava e encuentran en esa situación.
Además, la posibilidad de
utilizar convenios de empresa a la baja que sustituyan a los sectoriales
es difícil, pues si bien ELA, el
sindicato mayoritario, defiende la prioridad de los convenios de empresa lo hace
justo con el objetivo de evitar la caída salarial.
¿En qué se concreta este
pretendido nuevo modelo de relaciones laborales? en la relación directa con los
trabajadores, es decir en buscar pactos
individuales con los trabajadores, al margen de la representación sindical
y unitaria de las empresas. Ello, por supuesto, se envuelve con eslóganes rimbombantes,
como la mayor participación de los trabajadores en la empresa y mayor
comunicación interna. Paternalismo e individualización de la negociación. ¿Realmente
esto es nuevo? ¿Prescindir de los sindicatos es novedoso? ¿Individualizar las
relaciones laborales no fue, acaso, la primera estrategia de la patronal?
Aunque se vende como tercera vía,
como opción complementaria al resto de las negociaciones colectivas, sectoriales
y de empresa, y se reitera que no pretende ir contra nadie, es obvio el intento
de superar la presión de los sindicatos, soslayándolos. El objetivo enunciado
es la mejora de la competitividad, lo que se traduce en reducciones de los
beneficios sociales y en ajustes salariales, para lo que suprimir o disminuir
lo más posible la influencia de los sindicatos es un instrumento necesario. Se
puede traer a colación la relación inversa entre descenso de la sindicalización
y aumento de la renta de los más ricos, que se recoge en el Informe Oxfam:
Cuanto menos afiliación más desigualdad, es lo que impulsa la patronal
guipuzcoana.
La propuesta no ha tenido buena
acogida en los sindicatos y tampoco en el gobierno vasco. Por supuesto, ninguno
de estos actores pone ninguna dificultad a que las empresas suministren mayor
información a todos los trabajadores. Pero soslayar a los sindicatos y a la representación
unitaria, para negociar directamente con los trabajadores en búsqueda de
reducciones de costes, no es una propuesta que pueda suscitar adhesiones más
allá de los círculos de sus propulsores. Lo colectivo en el Derecho de trabajo
se basa en que la unión hace la fuerza, se busca compensar con el número el
poder del empresario. Individualizar la negociación es implemente un deseo de
plasmar la preeminencia del empresario, nada más y nada nuevo.
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