Existe una disociación alarmante entre los objetivos
propuestos en la exposición de motivos (parar el crecimiento del desempleo,
generar empleo, romper la dualidad del mercado laboral,…) y las medidas
adoptadas en el RDL. Estás últimas se basan en varios dogmas ideológicos
inveraces e inadecuados para crear empleo. Por ejemplo, el recorte a la
negociación colectiva hacia moldes más favorables al empresario se justifica,
en la presentación del Ministerio de Trabajo, en que el despido sea el último
recurso, como si la negociación colectiva incrementará la destrucción del
empleo y el autoritarismo empresarial, por el contrario, paliará el recurso al
despido.
Las soluciones del Decreto se concretan en:
- Más poder al empresario bajo la falacia de que lo que es bueno para él es bueno para el desempleado; Autoritarismo empresarial como solución a la crisis
- Para favorecer la empleabilidad de los trabajadores, se incrementa la privatización de la intermediación laboral permitiendo a las ETTs funcionar como agencias de colocación
- Eliminación del control público, incrementando el poder del empresariado
- Frente a la dualidad del mercado laboral, mantenimiento de los contratos temporales e introducción de nuevas formas de precariedad, difuminando la barrera entre fijos y temporales, reducir o emporar la situación de los fijos no es la solución equitativa. Sólo gana el empresario.
- Para paliar la dualidad entre temporales y fijos y hacer más atractivo la contratación indefinida, la medida propuesta es facilitar y abaratar el despido; las indemnizaciones por despido improcedente bajan un 26,66% y los topes de despido un 37%
- Incrementar la flexibilidad interna para descender la flexibilidad externa, en un camino recorrido ya sin éxito por varias reformas
- Aplicabilidad de los EREs extintivos por causas económicas en el ámbito público
En resumen más poder privado, más autoritarismo; al
empresario corresponden las decisiones y al trabajador cumplir las órdenes, bastante
recompensa es el empleo.
El incremento de la capacidad del empresario en
determinar la flexibilidad interna no se ve compensado con la ampliación de la
negociación colectiva o de la cogestión. En la presentación de la reforma
efectuada por el Ministerio de Trabajo se afirma que, hasta ahora, el
ajuste laboral frente a la crisis se ha producido por medio de los despidos, no
por modificación de las condiciones de trabajo ¿Por eso, ahora, hacen el
despido más barato y más fácil? ¿Para qué se despida menos? Las justificaciones
se contradicen con las medidas adoptadas, rayando lo increíble.
Como vemos la estrategia sigue siendo la misma, buscar
un nicho de mercado a través de salarios bajos, y no invertir en aquello que
incentiva la productividad. El recurso a la flexibilidad externa, el despido en
roman paladino, es consustancial al tipo de empresa que no invierte en
formación ni en aumentar la productividad de sus trabajadores
Se recurre a la misma senda que en otras reformas, con
más radicalidad. Lógicamente si todas las anteriores han exacerbado las
características del modelo productivo español, esta vez será más de lo mismo.
Esta preeminencia dado a lo jurídico, a la regulación
laboral, es una maniobra de distracción. En realidad, las causas de la mayor
destrucción de empleo son múltiples, entrelazadas entre sí, y en primer lugar
económicas. Vivimos en nuestro estado una economía más oscilante, con mayor
crecimiento de empleo en la bonanza y mayor descenso en crisis. Además,
influyen en el mercado laboral el tipo de sector productivo predominante
(ligado al boom de la construcción, turismo y con preeminencia de lo financiero
especulativo) y la posición excéntrica en el mercado global. Estos sectores
productivos eran intensivos de mano de obra, poco formada, y con escasa
inversión. Esta escasa formación previa que demandaban estos sectores
productivos está también ligada al fracaso escolar (y a la proliferación de
contratos temporales, todo se anuda en compleja red de interacciones). De todas
formas, temblamos ante la posibilidad de que el PP, acabada la reforma laboral,
se dedique a arreglar el fracaso escolar prohibiéndolo; se prohíbe suspender y
no hay fracaso. Asunto arreglado.
Más que ante un aumento del empleo en los próximos
meses asistiremos a un incremento del desempleo tanto por efecto de los
recortes en el gasto como por las facilidades dadas a las extinciones.
Descenderán, además, las condiciones de trabajo, objetivo real de la reforma
del 2012, propiciando una devaluación indirecta y de único carril. La
precarización no desaparecerá, sino que, además, adquirirá nuevas formas;
indefinidos temporales con despido libre y gratuito durante un año o
eternización en los contratos formativos.
Intuimos, además, que se producirá un incremento de la
tensión social ya que el autoritarismo no es un elemento eficaz de integración
social y porque las modificaciones de la negociación colectiva provocarán, al
menos a corto plazo, una ruptura de las pautas de negociación trenzadas durante
años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario