Este es un cuadro de Vicente Cutanda muy adecuado para el día; "Preparativos del 1 de Mayo" (1894), Museo de Arte Moderno de Bilbao
En un día como hoy comentamos algunos de los rasgos económicos y sociales de los últimos tiempos que nos parecen transcendentes.
El desempleo ha llegado a
superado la barrera de los 6 millones de personas y la economía española lleva
7 trimestres consecutivos en recesión. El gobierno habla y no dice nada; habla
y queda claro que ha renunciado a cualquier política de empleo. La
indescriptible ministra de empleo enuncia la solución para tanto desempleo: “Hay que crear empleo”. Tras tamaña proeza
mental, permanece muda.
Mientras tanto, bajo el paraguas
de una nueva denominación, el gobierno ha presentado como nuevas y como
reformas viejos proyectos ya avisados y no culminados: Ley de emprendedores,
Ley de unidad de mercado, la ley de reforma de las administraciones locales,…Nueva
denominación para viejos productos, he ahí su afán reformista, consumido en la pirotecnia
verbal
Entre líneas se lee que el
gobierno desvinculará las pensiones del IPC. La Ley de desindexación o el
factor de sostenibilidad vienen a significar que el gobierno se sacará un
conejo de la chistera para el cálculo de los incrementos que quiera moderar;
Así, por ley se fijará un límite a las revaloraciones de las pensiones en contra de lo sostenido y
pactado hasta ahora en el marco del Pacto de Toledo. Montoro, el Mortadelo del
gobierno, comenta en la prensa de rueda que se hará para evitar las alocadas subidas de las pensiones
ocurridas hasta hora.
Debemos subrayar que esta semana
desde Europa se han dado señales de que se aceptará prolongar durante dos años
el plazo para bajar el déficit público al 3% y a partir de ese momento…¡zas!,
la prima de riesgo comienza a descender. No es nada extraño postular un
enlace causal entre ambas variables; los altos intereses de la deuda se
vinculan con decisiones políticas austeras que benefician a los acreedores.
Como contraprestación el gobierno
debe anunciar nuevas reformas, pero en realidad, las que piden desde Bruselas
tienen que ver con el endurecimiento de las condiciones en el acceso a las
pensiones y otras prestaciones sociales. De entrada la reforma anterior debe adelantar su plazo de entrada,
la edad de jubilación serán los 67 años mucho antes de 2027. Y a partir de ahí,
se iniciaría un nuevo proceso de endurecimiento: más edad, más cotización,
menos pensión, etc.
Además, emergerá un factor de
sostenibilidad, una fórmula que bloque el aumento de las pensiones de a cuerdo
al IPC, mediante un nuevo índice y el mantenimiento de la relación entre
pensionistas y cotizantes. El seguro de desempleo, que de creer a los
neoliberales que nos rodean desincentiva la búsqueda de empleo, se acortará de
24 a 18 meses. Y otra nueva reforma laboral incrementará aun la devaluación a
través del descenso de las condiciones de trabajo y empleo.
Quien domina el mercado puede
posibilitar que el coste se centre en algunos de los participantes cuando no
existe una estructura política que lo compense, y por mucho que se diga en Europa
no existe tal unión política que compense los avatares del mercado común.
Ganar cuando pierden, mediante la designación de otro
enemigo, de otro culpable, este otro de los ejes de la política que padecemos. Ya se nos ha olvidado que la crisis surgió por una
falta de regulación en el mercados financieros y por la falta de control en las
burbujas inmobiliarias. Ahora los culpables somos todos, que vivimos por encima
de nuestras posibilidades. El estado social no se puede mantener pero podemos
hacer públicas las deudas de empresas privadas (bancas o concesionarias de
autopistas)
Pretenden pasar del estado social
al estado subvencionador. El estado cada vez será un coto de caza de las
empresas privadas, no disminuirá de tamaño porque las grandes obras solo las
puede propiciar el estado; un AVE en cada pasillo de cada casa, una gestión privada en cada
servicio público pero peores condiciones de empleo, y las empresas con red y si
tienen pérdidas las haremos nuestras.
Y sin embargo, frente a tanta insidia
y miseria las movilizaciones flaquean. La criminalización e incluso
satanización de todos lo que protestan tiene sus frutos. La respuesta del PP y
del gobierno frente a los escraches y manifestaciones en contra de los desahucios
ilustra esta demonización del enemigo; se huye de cualquier debate y discusión,
mientras se endurece la represión.
Pero, además, la falta de esperanza, la desesperación no propicia
la rebelión, sino la quietud y la calma... de los campos de concentración o de los guetos.
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