Es indudable que el
Gobierno está pendiente de la foto. Legisla de cara a la galería (de Bruselas y
de Berlín, especialmente).Pero, además, cuida su política de comunicación hasta
el mínimo de detalle. Con la reforma laboral el primer movimiento fue facilitar a la prensa y luego al público en general
un Power Point (quien no presenta así las cosas no es moderno).Luego, elaboró
unas FAC, preguntas y respuestas sobre la reforma laboral. Es de señalar que
aquí en estas preguntas, la reforma laboral no creará empleo de por sí, como si
decía en el preámbulo, sino que es un condición necesaria pero no suficiente.
Y ayer presentó un
video muy happy sobre la reforma
laboral donde el despido a penas se menciona, no vaya a ser que la gente se
asuste ante de las elecciones andaluzas y asturianas. La junta electoral ha
prohibido hoy la difusión del video porque interfiere en el debate electoral, aunque deberían haberlo prohibido por mentiroso y falaz.
En cualquier caso, la
reforma sea condición suficiente o solo necesaria, todas los medios empleados y
el propio RD Ley 3/2012 adjudican a la legislación laboral la responsabilidad
del desempleo. De acuerdo con esa falacia la reforma laboral varia la función
de la ley laboral, de proteger al trabajo en sí mismo a contribuir en crear
empleo, y la fórmula mágica es menos derechos por más empleo. Sin embargo, es un
objetivo imposible. Por medio de estos cambios normativos se puede modificar el
equilibrio entre las partes del contrato, se hará una u otra distribución del
coste y del riesgo derivado de la relación laboral e incluso se pueden reconocer
más derechos o poderes a una u otra parte, pero ello no genera de por sí
empleo, es un objetivo ajeno a la legislación laboral, más allá de sus límites.
El adoptar una estrategia de menores costes en un mundo globalizado, donde las modificaciones favorables al empresario aparecen como una condición necesaria pero no suficiente de la mayor competitividad, tampoco parece una apuesta segura, según se evidencia por la propia experiencia española.
El adoptar una estrategia de menores costes en un mundo globalizado, donde las modificaciones favorables al empresario aparecen como una condición necesaria pero no suficiente de la mayor competitividad, tampoco parece una apuesta segura, según se evidencia por la propia experiencia española.
La reforma laboral
no creará empleo, lo saben (el gobierno pronostica 630.000 parados más para este año) y nos
mienten y manipulan.
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