Manifestación celebrada el 19.10.13 en Arrasate para reclamar la defensa de los puestos de trabajo de Fagor Electrodomésticos |
Estos días hemos tenido noticias del pre-concurso de acreedores en el Grupo industrial de bienes de consumo Fagor Electrodomésticos. Las perspectivas son negativas y los datos apuntan a un cierre más o menos organizado.
En estas entradas quisiéramos reflexionar sobre las causas de esta situación, al hilo de lo leído y escuchado estos días. Además, también quisiéramos indagar las posibles consecuencias de este cierre anunciado.
De entrada, es necesario precisar
que el anuncio de concurso afecta sólo a Fagor Electrodomésticos grupo industrial
que comprende además de Fagor
Electrodomésticos S. Coop. otras empresas como Edesa, Fagor France,
Extra-Electromanager, Geyser Gastech, Grumal, Ibai, Shanghai Minidomésticos
Cookware y Fagor Mastercook. De todas
las empresas del grupo de electrodomésticos en la actualidad solo mantiene su
actividad Geyser Gastech,
una joint venture al 50% entre Fagor Electromésticos y la empresa alemana
Vaillant, que se dedica a la producción de calderas y calentadores de agua. Existen otras empresas y cooperativas que
incluyen ese nombre en su denominación como Fagor Arrasate, Fagor Automation,
Fagor Healthcare y Fagor Industrial, ajenas a esta situación crítica y que se
dedican a otras actividades. Fagor fue la denominación de la primera
cooperativa creada en este grupo (1959, tras transformarse la empresa
originaria Ulgor (1956) en cooperativa); es el nombre de la empresa matriz de
todo el desarrollo posterior, de ahí que su denominación sea frecuente.
Entre las interpretaciones sobre las causas de la crisis destacamos dos
radicalmente opuestas. Por un lado en la editorial del El País del 18/10/2012 (“Un
modelo Cuestionado”) parecía imputarse la generación de esta situación crítica a
la política a favor del empleo típica de las cooperativas (y en el fondo a su
propia condición de cooperativas), que habría condicionado la gestión del grupo
impidiéndole estructurar la plantilla en su momento. Por otro, en el manifiesto
del sindicato Lab (16/10/13) sobre la crisis de Fagor se afirmaba que no se
debía a su naturaleza cooperativa sino que habia ocasionado por la inclinación neoliberal de ese
grupo.
De un caso, de la crisis de una empresa concreta, no se puede deducir
pautas generales ni sobre el modo de organización empresarial (la forma cooperativa
como lastre para la reestructuración de la empresa) ni sobre una determinada
tendencia económica. Dicho esto, si la
interpretación sindical se centra en imputar a la apuesta neoliberal de
Fagor Electrodomésticos que ha guiado su gestión, seguramente estaríamos mas de
acuerdo con ella, sin obviar que otras empresas del grupo Mondragón (y fuera de
él) han hecho esa misma opción neoliberal
y se encuentran en una situación económica radicalmente diferente.
La causa esgrimida de manera difuminada por el periódico merece evaluarse
con más detenimiento, pues encierra una defensa de las políticas de despidos y
restricciones de derechos sociales, como panacea ante la crisis que no es de
recibo.
En primer lugar, negamos la mayor, es incierto que esas políticas
restrictivas de empleo no se han hayan utilizado en Fagor Electrodomésticos. En
el año 2008 eran casi 10.000 trabajadores en plantilla y este año son solo 5.642,
habiendo decrecido la plantilla en 1356
trabajadores del 2011 al 2012 (EITB,
16/10/13). Una disminución del 40% no es exactamente el mantenimiento del
empleo[1]. Otra
cosa es que la reducción de empleo sea un elixir curalotodo que resuelva los
problemas de las empresas, lo que no es nunca el caso. En todo el grupo Mondragón los datos del empleo, por primera vez,
empiezan a ser decrecientes, pasando de 83.569 trabajadores en 2011 a 80.321 en él 2012.
En segundo lugar, la política a favor del empleo y el espíritu
cooperativista se mantiene con respecto a los cooperativistas. En el grupo
Fagor Electrodomésticos del total de 5642 trabajadores son solo 1600 los socios
cooperativistas. Hacia ellos, por ejemplo, se articula el compromiso de
reubicación en otras empresas en caso de cierre de la cooperativa inicial. De
los datos del propio grupo Mondragón se desprende que los cooperativistas no
son más de un tercio del total de la plantilla del grupo, es decir la mayoría
son asalariados no cooperativistas. El Grupo Mondragón afirma que sus
intenciones es que los cooperativistas alcancen el 75% del empleo total,
pretensiones que se nos presentan como meras quimeras[2]. De la misma manera, de las 256 empresas
integradas en el grupo Mondragon sólo la mitad son cooperativas[3]. No
negamos, la realidad de los principios cooperativos pero estos tienen hoy la
dimensión que tienen, no más.
En tercer lugar, la enorme flexibilidad interna característica de las
cooperativistas y la solidaridad dentro del Grupo es lo que ha sostenido a
Fagor Electrodomésticos durante casi 5 años de pérdidas. No creo que estos
elementos, unidos a la políticas restrictivas de empleo que ya hemos comentado
que también se han utilizado, coloquen en peor situación a las cooperativas que
a otro tipo de empresas para responder a la
crisis.
Sin profundizar en el análisis de las causas de la debacle económica de
Fagor Electrodomésticos, nosotros creemos que se encuentran en la estrategia de
expansión auspiciada en vísperas de la crisis, en un proceso de expansión
internacional cuya financiación ha sido imposible de sostener con la caída de
consumo. En el año 1999 Fagor adquirió el grupo
Wrozamet polaco y en 2005 integró al Grupe Brandt francés (que
anteriormente ya había absorbido a Moulinex) lo que sitúo la plantilla de todo
el grupo Fagor en unos 11.000 trabajadores a comienzos del 2006[4]. El
crack de la burbuja inmobiliaria impidió que una demanda creciente financiara
esa expansión. La persistencia de la crisis y la propia política del gobierno,
detrayendo caudales del consumo (mediante incremento del IVA por ejemplo), mientras
sostiene a las entidades financieras sin que se abra la espita del crédito, son
circunstancias determinantes de la coyuntura negativa de este grupo industrial.
Posiblemente la ausencia de sindicatos, en cuanto organización de los
trabajadores para la defensa de sus intereses frente a los deseos de la empresa, ausentes de
los órganos cooperativos pues los trabajadores cooperativistas no gozan de esa
representación, ha bloqueado la posibilidad de un discurso alternativo a
la tendencia expansionista de la dirección.
Una expansión desmesurada basada en el futuro crecimiento siempre
incierto, dificultades perennes de financiación, una recesión duradera y una
intervención gubernativa que coadyuva a la restricción del consumo son, por
tanto, las claves de la actual situación de este grupo industrial. Son las
estrategias empresariales erradas, el contexto económico negativo y las
respuestas políticas restrictivas del consumo las que explican esta situación y
la de otras empresas en otra hora punteras (y aquí se pueden poner muchos
nombres con facilidad), lo demás son cuentos chinos.
-
[1] Esa disminución
en el empleo sería superior al 50% si comparamos con la plantilla alcanzada en
el año 2006 momento que alcanzó los 11.000 trabajadores
[2] Hay asalariados cuyas empresas hay sido
absorbidas en el proceso de expansión del grupo que nunca han querido
transformarse en cooperativistas; de hecho dentro de Fagor Electrodomésticos
200 trabajadores de la antigua Edesa, mantienen su condición de asalariados a
pesar de que hace casi 25 años que se integraron en Fagor
[3]
Estos son
datos del propio grupo Mondragón e n su página web, según otros datos de las
289 empresas del grupo sólo 112 son cooperativas.
[4]
En esta época es cuando Fagor acudió a las aportaciones
financieras subordinadas por valor de 60 millones de € (2004) y 125 millones de
€ en 2006.
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